viernes, 13 de marzo de 2009

Ratas apristas S.A.

Lo único que el estado puede cambiar es el rostro de sus representantes. Los rostros de los representados siempre son los mismos: alienación, cansancio, aburrimiento, desesperanza y tristeza. Las paredes pintadas podrían mantenerse intactas, si sólo cambiásemos los nombres de los líderes políticos cada cinco años. No sólo es necesario mover el aerosol, también los es mover más las neuronas y las ideas para emprender una crítica hacia la totalidad de la vida impuesta.

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